Entrevistado por Abdelkhalak Najmi
09.07.2023
Pregunta. ¿Cómo y cuándo surgió la idea de escribir ‘Al sur de Tánger. Un viaje a las culturas de Marruecos’?
Respuesta: La idea de escribir Al sur de Tánger viene de lejos. Fue un verano en Asilah/Arcila, hace ya muchos años, en la casa de un buen amigo, cuando me vino la idea por primera vez. Pensé en escribir un libro sobre los escritores marroquíes que pudiera acompañar a los españoles que viajan a Marruecos que tuvieran curiosidad por leer a sus autores. Por las cosas de la vida, en lo profesional y lo personal, no prosperó. Justo antes de la pandemia me volvió la idea, con una fuerza imparable. Estaba cansado de escribir en inglés en “prestigiosas” revistas académicas. Necesité escribir algo que me conectara con otros públicos más allá de los círculos académicos. Empecé a sacar lo que tenía dentro sin mucha planificación, buscando una voz que me permitiera contar lo que quería contar a un público distinto. Y al final surgió Al sur de Tánger.
P. He leído que este libro se basa en su cuenta de Instigram ‘Otro Marruecos’. ¿Por qué ha optado usted por el título de ‘Al sur de Tanger’? ¿Es porque la marca Tánger cuenta con buena recepción en la crítica literaria española?
R. No es exactamente que se base en la cuenta de Instagram Otro Marruecos (https://www.instagram.com/otro.marruecos/). La cuenta surge como posibilidad de ir conectando con seguidores potencialmente interesados en las historias que quería contar en Al sur de Tánger al tiempo que empiezo a escribir. En la cuenta Otro Marruecos he experimentado con lo que la gente espera de Marruecos y con lo que yo quería contar y he anticipado algunas de las historias que cuento en Al sur de Tánger. Una vez publicado el libro, la cuenta de Instagram Otro Marruecos se ha convertido también en una plataforma desde la que dar a conocer el libro y desde donde seguir dando a conocer la cultura de Marruecos.
El título de Al sur de Tánger y el subtítulo Un viaje a las culturas de Marruecos son el resultado de una larga negociación conmigo mismo, con la editorial y con mis amigos.
No sé si Tánger es tanto una marca como uno de los lugares que más resuenan para un español. Ha sido, y sigue siendo, una de las puertas de entrada habituales a Marruecos. Aunque para mí decir al sur de Tánger significaba sobre todo decir: vayamos más allá de Tánger, vayamos más allá de los mitos, adentrémonos en el Marruecos real, sin nostalgia de tiempos pasados.
P. Muchos autores españoles afirman que Tánger es una ciudad literaria. ¿Comparte esa opinión?
R. Cuando hay especialistas como Randa Jebrouni y Rocío Rojas-Marcos que han escrito obras como La letra y la ciudad y Tánger, segunda patria es que algo hay, algo que va más allá de España. Tánger ha sido un polo de atracción desde hace mucho no sólo de escritores sino también de artistas de toda índole. La literatura se nutre de nuestras experiencias, pero fundamentalmente de literatura. Tánger es ya, con toda su proliferación textual, una suerte de cronotopo literario.
P. ¿Cómo ha cambiado Marruecos desde su primera visita a principios de los 80 hasta su último viaje en 2023 ?
R. Marruecos se ha transformado profundamente en cuatro décadas. Ha habido avances económicos y sociales impresionantes, por ejemplo, respecto al lugar que la lengua y cultura amazig han de ocupar en la identidad nacional o respecto a los derechos de las mujeres. A mi juicio los retos fundamentales de Marruecos siguen teniendo que ver con la igualdad en todos los ámbitos y también con las libertades, individuales y de expresión. Desde España, que tanto hemos luchado -y seguimos luchando- por esos derechos y por normalizar la diversidad y las libertades individuales, sorprende que haya artículos en el código penal como el 490 o el 489 que penalizan respectivamente la relaciones fuera del matrimonio y entre personas del mismo sexo. Escribo estas líneas mientras celebramos en España las fiestas del Orgullo LGTBIQA+. Y en Marruecos un partido político ha emitido un comunicado instando a que se prohíba la película El caftán azul, de Maryam Touzani. Prohibir la realidad no conduce a nada. Además de hipócrita, es absurdo.
En estas cuatro décadas, además de Marruecos, también se ha transformado mi mirada. Si la mirada inicial estaba marcada por el extrañamiento, ahora es de familiaridad con un país, sus gentes y su cultura, que son parte esencial de mi vida.
P. Dice usted en su libro : « El embrujo de Marruecos te brinda ‘el descubrimiento de ti mismo’ » ¿En qué consiste este embrujo?
R. Embrujo tiene dos acepciones, por un lado es sinónimo de fascinación, atracción misteriosa y oculta, y, por otro, embrujar significa hechizar, trastornar a alguien el juicio o la salud con prácticas supersticiosas. Era una manera de combinar lo exótico, eso que inevitablemente existe en los primeros viajes, que te atrae, que no acabas de entender, que incluso te da miedo… con lo que ocurre tras mucho viajar, tras frecuentar a personas de carne y hueso, que descubres que el verdadero embrujo de Marruecos no radica en la otredad, en el misterio, sino en el descubrimiento de ti mismo a través de tus amigos y amigas marroquíes. Escribo en Al sur de Tánger que para un español “El viaje a Marruecos es siempre iniciático”. Te permite tomar conciencia de ti mismo y de la larga historia compartida entre Marruecos y España.
P. Afirma en su obra : “Desde aquel primer viaje entendí también que España y Marruecos estaban entrelazados, que compartían una larga y compleja historia”. A pesar de ello parece que se están tan cerca y al mismo tiempo tan lejos. ¿Lo cree así?
R. Las relaciones entre España y Marruecos son siempre complejas y ambivalentes. Hablo en Al sur de Tánger de una de una paradójica cercanía distante, de una mismidad distinta, y de que las relaciones hispano-marroquíes son siempre muy sentidas y, a veces, resentidas. Pese a todo, vivimos una edad de oro de las relaciones bilaterales. Además, hay nuevos espacios que están surgiendo, que desbordan los a veces estrechos espacios nacionales y el concepto mismo de relaciones bilaterales.
P. Señala que es necesaria una nueva traducción de ‘El pan a secas’ de Mohamed Chukri ¿ No cree usted que tanto Abdellah Djbilou como Rajae Boumediane han hecho un gran esfuerzo para salvaguardar el legado de Chukri en lengua española, traduciendo?
R. Con todos mis respetos por estos dos magníficos traductores que han contribuido a salvaguardar el legado de Chukri y lo han dado a conocer en España, creo que hay algo de Chukri que se ha quedado en el camino. Las historias de Chukri son muy impactantes y sobreviven, como Las mil y una noches, al versionado, pero hay en Chukri un trabajo con la lengua, una poética que, a mi modesto juicio, se ha perdido en ese trasvase al español. Chukri ha triunfado por la fuerza descomunal de sus historias, pero nos falta todavía la poesía de su lengua, especialmente de su obra maestra, al-Jubz al-hafi. Creo que se podría hacer una tercera traducción de esta obra singular.
P. ¿Cree usted que su libro ha conseguido presentar a Marruecos sin imágenes estereotipadas superpuestas a la realidad?
R. Pues no lo sé, la verdad. Era mi intención apartarme de las imágenes estereotipadas. Creo que me acerco a un Marruecos real en el ámbito cultural. No suelo dar yo muchas opiniones en el libro sobre lo que Marruecos es o deja de ser. Dejo que sean los propios artistas, escritores y escritoras marroquíes los que cuenten Marruecos. Luisa Mora, directora de la Biblioteca Islámica Félix María Pareja de la AECID ha extractado todas las obras de autores marroquíes que cito, 150 libros traducidos al español de autores marroquíes que cuentan muchos aspectos de la sociedad marroquí y por los que me guío. Si he conseguido presentar un Marruecos sin imágenes estereotipadas lo habrán de decidir los lectores, sobre todo los marroquíes.
P. Parece que se siente avergonzado de la colonización española y de la hermandad hispano-marroqui ¿es así?
R. Avergonzado no diría. Sí pretendo ofrecer una visión crítica sobre la colonización. No podemos seguir a estas alturas diciendo que la colonización española de Marruecos fue excepcional, que no fue como otras colonizaciones, porque perpetuamos el discurso colonial, que se basó, como muy bien han demostrado autores como Josep Mateo Dieste o Eric Calderwwod, en esa supuesta hermandad. ¿Como casar ese buenismo con la violencia de las guerras del Rif, con la violencia de la Guerra Civil española? No puede ser que a estas alturas el lenguaje para hablar del pasado compartido siga impregnado de colonialidad, hasta el punto de seguir hablando de pacificación para hablar de la violencia colonial y militar ejercida en el Rif. Marruecos, por su parte, también tiene mucho que revisar en la manera en la que se relaciona con su pasado, incluido el colonial.
P. ¿Qué se debe hacer para superar los clichés y estereotipos del pasado entre España y Marruecos?
R. Creo que el único antídoto contra los clichés es el conocimiento. En su obra más reciente, Cartas marroquíes a Rosa, el gran hispanista Mohamed Abrigach habla de “supino desconocimiento”. Creo que no hay mejor manera de expresarlo. Conocer la cultura y, sobre todo, conocer a las personas. Ese es el único antídoto, conocimiento frente a ignorancia y estereotipos.
P. Lamentablemente, la literatura marroquí escrita en árabe está ausente del panorama literario español ¿a qué cree que se debe?
R. Ausente no está. Otra cosa es que sería deseable que hubiera mucha más traducida. A finales del siglo pasado, con Miguel Hernando de Larramendi, lanzamos en la Escuela de Traductores de Toledo un novedoso proyecto de traducción titulado Literatura y Pensamientos Marroquíes. En una época en la que “marroquí” se asociaba casi exclusivamente a inmigrante, pusimos en circulación a autores traducidos del árabe como Abdelmayid Benyellún, Mohamed Ábed Yabri, Abdelkarim Gallab, Leila Abuzeyd, Bensálem Himmich, Rachid Nini, o Mohammed Bennís, de tal manera que la prensa tenía que hablar de filósofo marroquí, poeta marroquí, escritora marroquí…
P. ¿Qué piensa usted de la literatura marroquí escrita en lenguas española y catalana ?
R. No acabo de ver una categoría como literatura marroquí en español y catalán. Al final es un gueto, un cajón de sastre que no vale para nada más que para promover nacionalismos. Estuve en la presentación de un libro titulado La literatura de los desplazados, que propone que más allá de las coordenadas nacionales, el desplazamiento es un lugar desde el que se escribe, una literatura ectópica en la que con frecuencia los autores escriben en otra lengua que la materna. La originalidad de esta literatura proviene tanto de experiencias personales singulares como de una relación especial con la lengua de escritura, así como de nuevas relaciones con el canon literario hegemónico. El escritor es de la lengua en la que escribe. En el futuro será normal que en el canon de la literatura española o catalana haya escritores que se llamen Najat, Mohamed, Karima o Yusef. Tiempo al tiempo.
P. ¿Qué representa para usted Marruecos y Tánger en particular ?
R. Marruecos es una parte esencial de mi vida, de mi vida intelectual y de mi vida emocional. He pasado muchos horas leyendo a los autores marroquíes, empapándome de cultura marroquí. Me siento marroquí de alguna manera. Muchos de mis mejores amigos y amigas son marroquíes, o viven como yo a caballo entre España y Marruecos.
Tánger fue un lugar de llegada y de partida y, con este libro, vuelve a ser un lugar de llegada y de partida. Gracias a Tánger he conocido a gente maravillosa. Gracias a Tánger he tenido dos hijos maravillosos.